LAS PRIMERA VICTIMAS FATALES EN MOISÉS VILLE
Una historia de los primeros asesinatos sufridos en la colonia
Por Mijl Hacohen Sinai
traducido del idish por Nejama B. de Hansman
Dice Sinai: "algunos detalles de los asesinatos me han sido relatados por miembros de la colonia, otros los conozco por mis propias experiencias de medio siglo atrás, cuando yo residía en Moisés Ville".
David Lander, el primer asesinado
La primera víctima abatida por un gaucho era un judío de edad mediana, David Lander. Sucedió a fines de Octubre de 1889, es decir dos meses después de su arribo a las tierras de Moisés Ville. (1)
Sucedió alrededor del mediodía. Gran parte de los "podolier", hombres, mujeres y los niños más grandes ya se habían encaminado al amanecer hacia Sunchales, el pueblo que se hallaba a seis leguas (treinta kilómetros) de Moisés Ville, para esperar el tren en el cual se hacían llegar alimentos para los obreros que construían el ramal del ferrocarril a Tucumán.
En cuanto el tren llegaba se abalanzaban los hambrientos podolier con mirada congelada y ávida, y con manos extendidas mendigaban algunas galletas o un pedazo de pan seco. Entonces aun no hablaban castellano pero habían aprendido a decir "déme pan", "déme galleta", "tengo hambre", y otras expresiones por el estilo. Daba pena verlos. Y en realidad despertaban lástima, tanto entre los obreros como entre los empleados de la empresa del ferrocarril que llegaban allí casi diariamente para inspeccionar el trabajo; ellos solían arrojarles panecillos y galletas, incluso bolsas llenas en algunas oportunidades. Entonces regresaban rápidamente a Moisés Ville para compartirlos con sus familiares, quienes estaban posiblemente más hambrientos que ellos mismos.
En el momento que voy a hacer referencia se hallaban en Moises Ville muy pocos de los podolier, los ancianos y los más débiles, y los niños más pequeños. Deambulaban de un lado a otro, hambrientos y débiles, esperando el alimento mendigado en Sunchales, cuando de pronto observaron la llegada de un gaucho montando su caballo. No constituía una novedad para ellos ya que llevaban vistas numerosas "criaturas semisalvajes" que se aparecían por allí a menudo. Sin embargo todos se agolparon a su alrededor y comenzaron a mirarse entre sí.
Se desarrolló una especie de escena muda pues el gaucho, descubriendo a una de las jóvenes muchachas se apeó del caballo, se acercó a ella y comenzó a acariciarla suavemente y a hablarle.
Inmediatamente se dirigió a los presentes y les habló preguntando algo. Nadie entendía una palabra pero igualmente asentían con la cabeza respondiendo constantemente "si señor, si!" mientras algunos exclamaban "déme pan - déme galletas!".
El gaucho volvió a montar y se alejó. No demoró mucho en regresar, acompañado esta vez por otro gaucho, trayendo una bolsa de galletas y varias botellas de caña, que entregó a los podolier, quienes dieron cuenta de todo rápida y ávidamente.
Entre tanto el gaucho buscó a la muchacha que tanto le había gustado, llamó a su compañero a quien se la presentó y después de una corta charla se la llevó bajo el brazo para subirla al caballo.
Como la joven se resistía y quería arrancarse de sus brazos, comenzó a arrastrarla por la fuerza. A los gritos de la muchacha acudieron los podolier, y protestando a viva voz intentaron liberarla. Instantáneamente el gaucho desenvainó su puñal y lo clavó en el pecho del más cercano. Se trataba del mencionado David Lander, quien se desplomó en un charco de sangre, agonizante. La confusión, el tumulto y el pánico que se desataron fueron inimaginables. Sin embargo lograron arrancarle el cuchillo de las manos y arreglar cuentas. Lo derribaron y maniataron, ataron sus pies, y echándolo boca arriba algunos comenzaron a saltar sobre él con las suelas de sus botas hasta destrozarle el esternón. Tal horrible muerte le provocaron.
El segundo gaucho también extrajo su puñal intentando ayudar a su compañero, pero al ver que se abalanzaban también contra él, desistió. Montó su caballo rápidamente y huyó.
Lander se debatió entre la vida y la muerte hasta el día siguiente. Fue finalmente sepultado en el cementerio que Moisés Ville ya poseía pues las primeras tumbas correspondían a los niñitos más pequeños.
Algunos días mas tarde llegó a Moisés Ville proveniente de San Cristóbal el Jefe de Policía con toda una comisión, enviados por el gobierno de Santa Fe, con la finalidad de investigar el hecho. Pero notando que debían vérselas con personas "mudas", de quienes nada podrían averiguar, decidieron ignorar el asunto. De acuerdo a los relatos del propio jefe de policía de San Cristóbal a los pobladores de Moisés Ville, pudo constatarse que el que había huido era el hermano del fallecido y fue él quien denunció el hecho.
A su hermano, explicó, le había gustado la joven y les había preguntado si se la darían como esposa, a lo que ellos respondieron "si señor, si!". Al mismo tiempo requirieron galletas de las que les llevó una bolsa llena agregando varias botellas de caña. Comieron las galletas y bebieron la caña, pero a la chica no se la quisieron entregar: no cumplieron su palabra!
Finalmente comenzaron a golpearlo. Fue entonces que su hermano, "en defensa propia" desenfundó su cuchillo e "involuntariamente" lo clavó en el corazón de uno de ellos. Por eso lo asesinaron de manera inhumana...
Gregorio Gerschunof
El siguiente asesinato fue perpetrado contra un podolier de apellido Gerschunof, un hombre de mediana edad y padre de familia (su hijo fue el famoso escritor Alberto Gerschunof). Salió una mañana con varios bueyes a arar su campo. Más tarde los animales regresaron con el arado, pero él no...
Pasaron dos o tres días, una semana casi hasta que fue hallado entre los altos matorrales, no en su campo sino en el de otro colono. Su cuerpo ya estaba destrozado por las aves de rapiña o animales salvajes. De modo que sólo fueron enterrados sus huesos...
Son indescriptibles el llanto, los lamentos y el terror que estas muertes provocaron, en especial la de Kantor, ya que si algo así había sucedido dentro mismo de la colonia, eso significaba que no se estaba seguro ni aún dentro de sus propias casas. Se agregaba a eso el mal momento económico y el alejamiento del Dr. Loewenthal de su cargo.
(1) Los colonos en realidad llegaron a la zona de Moisés Ville entre mediados y fines de Octubre de 1889. Algunos datos históricos de esta nota no son exactos
Extraído de: "Las generaciones de Moisés Ville" , http://www.generacionesmv.com .
Es verdad que entre gauchos los problemas muchas veces se arreglaban de maneras que conducían a uno de los involucrados a la muerte. Pero vemos en estos relatos las interacciones mas violentas entre los criollos y los colonos inmigrantes judíos, producto de desentendimientos traídos por las diferencias culturales y las diferentes posiciones sociales.
¿Que pensaba el gaucho de la colonización de extranjeros en tierras donde el creció?
¿Pensaba por qué ellos pueden acceder a la tierra y yo no?
El gaucho nunca aro la tierra donde creció, nunca tuvo tierra.
El colono es un personaje totalmente distinto al gaucho. Los gauchos existieron en Santa Fe hasta comienzos del siglo XX.
Entonces, quizás sí es cierto que algunos colonos adoptaron vestimenta criolla y practicas culturales del criollo, pero estaban muy lejos de ser gauchos, culturalmente, políticamente y económicamente hablando.