viernes, 11 de junio de 2010

Cristo resucitado y el conejito de pascuas en el cielo de los alemanes del Volga

Primero, ¿Quienes fueron los alemanes del Volga?

Rusia contaba con enormes franjas de tierra fértil, despoblada y sin utilizar. Para conseguir nuevos ingresos a la corona Catalina II promulgo un manifiesto el 22 de julio de 1763, en el cual se invitaba a todos los extranjeros dispuestos a ello a radicarse en Rusia.
Los prometidos privilegios de los zares, parecían sumamente tentadores, teniendo en cuenta las situaciones penosas y las carencias, sobre todo en la ciudad de Essen y en el sudoeste de Alemania: la guerra de los 7 años, guerras napoleónicas, ocupación y poderes extranjeros con opresión política y también bajo la tiranía de los propios príncipes, servicios militares y servidumbre para los príncipes y fuerzas extranjeras, (por ejemplo: venta de soldados a América).
Penurias económicas, malas cosechas, años de hambruna, rigurosa y muchas veces injusta administración, obstáculos para la libertad de culto.
La gran colonización planificada de agricultores alemanes a Rusia comenzó en 1763 y termino en 1842. Algunas colonizaciones aisladas se establecieron aun hasta 1862.
A raíz del manifiesto de Catalina II comenzó (después de la guerra de los 7 años) una emigración en masa hacia Rusia, sobre todo desde las ciudades de Essen, Renania y Baden Würtemberg. El camino era fatigoso en aquel entonces- no existían trenes ni barcos de vapor- comenzaba por tierra hasta Lübeck y desde esa ciudad hasta San Petersburgo por vía fluvial.
Por caminos de tierra se continuaba hasta Moscú o desde el rió Volga hasta Saratov, donde en áreas cerradas se fundaron 104 asentamientos.
Se fundaron 181 colonias en total en la zona del Mar Negro, Besarabia y en el sur del Cáucaso.
Pasados los cien años de privilegios que Catalina II les había concedido, el zar Alejandro II comenzó en los años 1870 una política de "rusificación" para con los colonos alemanes, reduciendo su administración propia, imponiendo el idioma ruso, y obligándolos a prestar servicio militar, lo que duraba entre 5 a 7 años, entre otros. Finalmente, en 1876 quedó abrogada totalmente su autonomía.
El pánico cundió entre los colonos, hicieron reuniones y enviaron emisarios, primero a los Estados Unidos de Norteamérica, luego también al Brasil, para estudiar las posibilidades de inmigración en estos países. Los emisarios regresaron al Volga con buenas noticias, a lo que siguieron numerosos grupos de emigrantes, dirigiéndose hacia los mencionados países. Entre tanto, los que ya se habían establecido en el Brasil, pronto se dieron cuenta que este país no reunía las buenas condiciones para el cultivo del trigo. De allí llegó un grupo a Argentina para analizar sus condiciones de clima, de suelo y de inmigración. El Gobierno de este país ya había sido advertido del importante contingente de alemanes del Volga, que se dirigía hacia el Brasil, así como de sus características de buenos agricultores, e hizo todo lo posible para que éste sea llevado a la Argentina, valiéndose para ello de artimañas. No sólo lo logró, sino que muchos de los que se habían establecido ya en el Brasil, llegaron voluntariamente a Argentina, en busca de mejores tierras trigueras.
Los primeros colonos alemanes del Volga llegaron a fines de diciembre de 1877 a Buenos Aires. Pero fue a partir de enero de 1878 en que vinieron grandes y pequeños contingentes, estableciéndose en el centro y sur de la provincia de Buenos Aires y en Entre Ríos.
A principio de Marzo tuve la oportunidad de entrevistar en San Cristóbal a una pareja de hijos de alemanes del Volga, don Mangold y doña Khin (Imagen arriba). Entrevista que forma parte del trabajo de investigación que estoy realizando sobre el cielo o el folklore astronómico de los colonos inmigrantes.
Grata fue mi sorpresa al conocer su amplio cielo o mejor dicho, como su cultura aparece ampliamente plasmada en el cielo.
Estos datos fueron trasmitidos de generación en generación por vía oral y la única forma de conocerlos es mediante este tipo de entrevistas.
Algo que caracteriza a esta colectividad es que son muy católicos. Tal es así que la zona de lo que se conoce convencionalmente como la constelación de Orión, resulta para ellos la escena de cristo resucitado.
Según me comento don Mangold, las tres marías (El cinturon de Orion) son las tres mujeres que esperan a Cristo al resucitar, estando este representado por Rigel.

Este es el esbozo realizado por los entrevistados de la escena representada en el cielo.

También me menciono doña Khin que la famosa Vía Láctea ellos la denominaban "El castigo de Jacob". Jacob es el personaje bíblico que pelea con un ángel y este al tomarlo de la cadera logra lastimarlo. Ese aparentemente es el castigo de Jacob.Su argumento para tal denominación era que como en partes la Vía Láctea aparece como quebrada , recuerda a esa lesión en Jacob provocada por el ángel.
Al ser muy católicos, los alemanes del Volga festejaban también las pascuas. Es así que según recuerda la señora Khin, sus padres por tradición les hacían ver el amanecer de ese domingo de pascuas para que aprecien el conejito saltando al lado del Sol, que ellos aseguran haberlo visto.



Para más información pueden escuchar parte del audio de la entrevista, en AUDIO DE NOTAS COMPLEMENTARIAS.
Muchas gracias a don Mangold y doña Khin.


martes, 8 de junio de 2010

Una colectividad invisible


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Al ver las imágenes del desfile del 25 de Mayo en San Cristóbal, me llamó la atención algo que me resulto triste.
En ese desfile hubo una parte en la que marcharon las distintas colectividades de inmigrantes europeos que existieron alguna vez en San Cristóbal; italianos, suizos, alemanes y franceses.
Sabemos que existen instituciones que representan a estos grupos como la alianza francesa y la sociedad italiana.
Pero... ¿que pasó con los eslavos en San Cristóbal? ¿Hubo muchos inmigrantes polacos, ucranianos y rusos en esta localidad? La respuesta es: sí.
Cualquier persona de más de 50 años que se crió en "la puerta del norte santafesino" se acordará de familias eslavas que quizás hoy ya no existen, o de aquella zona de la ciudad llamada "el barrio de los polacos" (Imagen de arriba). Es lo que hoy es la parte del barrio Mariano Moreno que limita con Palermo.
Allí vivían, y hasta hoy algunos viven, los Crivoi, los Zinchur, los Cyrkunow, los Ogorodnik, entre otras familias de polacos, ucranianos y rusos.
Recuerdo las historias de mi abuela paterna que vivió su infancia en ese barrio, sobre aquellos "polacos" que se juntaban a almorzar los fines de semana y que se divertían, tomaban, cantaban y bailaban canciones de su suelo.
Hasta hoy mi abuela recuerda esas canciones y las puede cantar.
También recuerda como se peleaban entre ellos muchas veces en esas reuniones.
Tengo en mente los relatos de mi madre quien también vivió en esa zona hasta que se casó, en los que aparecen esos "polacos" relatando cosas de su tierra natal y anécdotas graciosas producto de sus personalidades.
Los personajes que aportó esta colectividad al pueblo son muchos ¿quien no conoce al nunca bien ponderado Emilio Zinchur?
Cuando a veces me encuentro con Emilio siempre me cuenta como sus padres lo llevaban a ver a sus padrinos que eran mis bisabuelos Basilio y Catalina Mudrik.
En fin, ¿que paso con las familias descendientes de estos eslavos?
Los relatos nos dicen que alguna vez se agruparon; hoy dispersos en el pueblo, resultan esa colectividad invisible que en otros tiempos supo dar nombre a una zona de San Cristóbal.