
Uno puede responder esta pregunta recorriendo los caminos que unen los pueblos y pequeñas ciudades del centro-norte santafesino.
Un proceso iniciado a mediados del siglo XIX, con enormes consecuencias sociales, políticas, económicas y geográficas.
Esta también es mi historia, ya que como descendiente de esos inmigrantes que formaron parte de ese proceso, no puedo desconocerlo.
Porque hubo inmigrantes que sin ser terratenientes, fueron agricultores que con su trabajo construyeron una realidad.
De este proceso podemos extraer postales nunca vistas en esta parte de América como: ranchos en los trigales, arboles en la pampa, carretas y carros, herramientas y máquinas, nueva música y bailes, la decadencia del chiripá y nuevos alimentos campesinos.
La imagen de abajo es de una parte de la familia Hiller (Tíos de mi abuela materna) en un campo de La Pelada, prov. de Santa Fe, cerca de 1920.
La juventud rural se exilió y se enriqueció la población urbana de casi desocupados.
Entonces otra vez la triste moraleja: No aprendimos nada de la historia.
La pregunta ... ¿y una reforma agraria?, no parece formularse en ningún mililitro de la sangre de los hijos y nietos de esos agricultores.
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