miércoles, 27 de febrero de 2008

No voy en tren (Porque no hay)


Una herramienta al servicio del pais, así debería ser considerado el ferrocarril. Este medio de transporte, junto con la Energía y las Comunicaciones posee un carácter estratégico, que de ningún modo debió haberse entregado a manos privadas, y menos que menos a manos extranjeras. Pero el Consenso de Washington, corolario financiero del saqueo comenzado bajo la Doctrina de Seguridad Nacional, articuló de un modo brutal el pensamiento social y generó las condiciones para instaurar este modelo de entrega. Así, de la mano de la concentración de los medios de comunicación, con su enorme carga de discurso único la "modernización primermundista" se impuso como premisa, ademas de las falases argumentaciones:Los ferrocarriles eran deficitarios (un millón de dólares diarios le costaba a Doña Rosa mantener el sistema de trenes), los ferrocarriles andaban mal y no llegaban a horario, en los ferrocarriles había muchos ñoquis que trabajaban sin cobrar.


Durante los últimos años, tanto el Organismo Nacional de Bienes del Estado (Onabe), como su antecesor Ente Nacional de Bienes Ferroviarios (Enabief), practicaron un sistemático remate de todo cuanto pudiera venderse del patrimonio de los ferrocarriles, que no han sido privatizados, sino concesionados. Es decir que siguen siendo propiedad del Estado. El remate de los bienes del Ferrocarril supone un ejercicio perverso contra un patrimonio que nos pertenece. El saqueo, la destrucción y la malversación de ellos supone causas judiciales que debieran ser investigadas y castigados sus responsables. Se estima que Ferrocarriles Argentinos transfirió a las concesionarias, entre otros bienes, alrededor de 23 mil vagones: ¿dónde están, qué se hizo con este material rodante, cuál es su estado? Acá pueden estar parte de las respuestas: Cientos de vagones fueron vendidos entre 40 y 500 pesos cada uno. Galpones y Talleres con maquinarias se vendieron entre 3 y 5 pesos por metro cuadrado. Locomotoras Diesel eléctricas fueron vendido entre $ 4.000 y $ 5.000 cada una. Aceros especiales a 0,8 centavos el kilogramo. Coches pullman con aire acondicionado $ 1.000 cada uno. Maquinarias vendidas entre 0,02 a 0,03 centavos por kilogramo. Millones de rieles a 0,03, a 0,04 centavos por kilogramo. Motores de locomotoras Diesel entre 0,02 y 0,04 centavos por kilogramo. Durmientes, más de 500.000, a 0,8 centavos cada uno. Galpones con repuestos nuevos: 1230, miles de estos repuestos a 0.014 centavos. Todos estos bienes del pueblo argentino fueron rematados por apenas unos pocos millones de pesos, que se evaporaron en el mar de la corrupción generalizada y los pagos de la deuda externa. Los bienes del ferrocarril se cuentan en unos 30 mil millones de pesos y por supuesto, los inventarios no terminan de cerrar.


"La nacionalización de los ferrocarriles es el primer paso ineludible de la liberación económica. La liberación económica no es más que la puerta que se abre a un destino llamado a perdurar por sus caracteres propios en la memoria del espíritu humano".(Raúl Scalabrini Ortiz, "Los ferrocarriles deben ser argentinos")

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