jueves, 9 de septiembre de 2010

El desgarramiento humano de los inmigrantes.

¿Quien habla del desgarramiento humano de los primeros inmigrantes? Nadie.
Familias que dejaron todo atrás para llegar a la nada.
Salir de su tierra para no volver, porque así fue en la mayoría de los casos.
Y encontrarse en América con quizás más desgracia.
Son muchas las historias de familias destrozadas en este suelo americano que quizás les dio oportunidades y formas distintas de vida.
Francisco Hiller y su mujer Enriqueta Wegner. Inmigrantes alemanes. Se asientan primero en Brasil y luego emigran otra vez pero a Constanza, Santa Fe, Argentina.
Aquí la familia se desmorona, la mujer muere al nacer la ultima hija, mi bisabuela con 15 años, se hace cargo de criar a sus hermanos.
El padre enloquece, los hijos barones huyen. Don Hiller termina muriendo de cólera en Buenos Aires. Solo.
Hoy en Constanza no queda ni la tumba de Enriqueta.
Sufrimiento, desgarramiento humano.


Otras historias...
Un grupo de 136 familias judías desembarcó del vapor Wesser en Buenos Aires el 14 de agosto de 1889. No llegaban a la Argentina casualmente sino después de largas meditaciones convencidos de que éstas eran las tierras que debían acogerlos.
Fueron muchas las penurias, grandes los imprevistos y crueles los inconvenientes que tuvieron durante la travesía. Llegaron ansiosos de convertirse en agricultores y hombres libres.
Una vez en Buenos Aires y mediante intervenciones de sus hermanos radicados aquí, firmaron un contrato con el terrateniente Palacios, por el cual éste se comprometió a entregarles tierras, implementos de trabajo y medios de vida.
La provincia de Santa Fe era su destino final. Llegaron a la desierta estación Palacios. Allí fueron olvidados, nadie los recibió, nada les dieron. El hambre, la soledad, el abandono, los sufrimientos y la pérdida de 60 niños fue su realidad. El providencial paso de un médico higienista, el Dr. Guillermo Loewenthal cambió su suerte. Este intervino ante las autoridades nacionales y provinciales; consiguió que Palacios cumpliera con los términos del contrato y comenzara el asentamiento en Moisés Ville. El tramo desde la estación Palacios hasta lo que es hoy Moisés Ville, lo hicieron caminando.
Los niños fallecidos eran metidos dentro de tachos de aceite que había en la estación de tren de Palacios. Las familias que fundaron Moisés Ville, los llevaron con ellos.

¿Quien habla del desgarramiento humano de los primeros inmigrantes?


En audio de notas complementarias pueden escuchar la historia de Otto Hiller contada por su sobrina Ilda Ille. Otra vez el desgarramiento humano de los inmigrantes.También, se puede escuchar la historia del padre de Emilio Zinchur, inmigrante ucraniano.
Sé que no fueron los únicos que sufrieron en América, pero propongo que en la provincia de Santa Fe se construya para recordar esto, el monumento a la mujer inmigrante y también a la mujer originaria, para recordar el rol importante de la mujer americana en la historia.

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