martes, 16 de marzo de 2010
¿Que significa ser santafesino?
Cuando se habla de la historia de las colonias santafesinas, nunca se nombra a las colonias judías del departamento San Cristóbal.
A pocos kilómetros de San Cristóbal se encuentra la primer colonia judía de Argentina : Moisés Ville.
Constituyó la primera colonia judía agrícola independiente de la República Argentina. Surge en 1889, a partir de la llegada de un grupo organizado de inmigrantes judíos que provenían de Kamenetz, Podolia (hoy Ucrania), región que en ese entonces formaba parte de la denominada "Zona de Residencia", que desde el siglo XVIII pertenecía a Rusia.
Dada la terrible situación de los judíos en la Rusia zarista de fines de siglo XIX y la política argentina de puertas abiertas a la inmigración (Ley de Inmigración y Colonización N° 817 de 1876), estos inmigrantes arriban a Bs. As. ansiosos de convertirse en agricultores y hombres libres. Por eso, una vez asentados, denominan a la localidad "Moisés Ville", traducción al francés del nombre hebreo Kiriat Moshé propuesto por el Rabino Aarón Haleví Goldman, guía espiritual y comunitario del núcleo inmigratorio, dado el paralelismo de esa epopeya con la historia bíblica del Éxodo de Egipto y la llegada a la Tierra Prometida.
Un grupo de 136 familias judías desembarcó del vapor Wesser en Buenos Aires el 14 de agosto de 1889. No llegaban a la Argentina casualmente sino después de largas meditaciones convencidos de que éstas eran las tierras que debían acogerlos.
La situación de los judíos de Rusia en la década del 80 era deplorable. Vivían reducidos a la llamada zona de residencia, expuestos a crueles persecuciones, vejaciones, a los pogroms y a las expulsiones. Éstas fueron las causas que los obligó a emigrar en masa.
Fueron muchas las penurias, grandes los imprevistos y crueles los inconvenientes que tuvieron durante la travesía. Llegaron ansiosos de convertirse en agricultores y hombres libres.
Una vez en Buenos Aires y mediante intervenciones de sus hermanos radicados aquí, firmaron un contrato con el terrateniente Palacios, por el cual éste se comprometió a entregarles tierras, implementos de trabajo y medios de vida.
La provincia de Santa Fe era su destino final. Llegaron a la desierta estación Palacios. Allí fueron olvidados, nadie los recibió, nada les dieron. El hambre, la soledad, el abandono, los sufrimientos y la pérdida de 60 niños fue su realidad. El providencial paso de un médico higienista, el Dr. Guillermo Loewenthal cambió su suerte. Este intervino ante las autoridades nacionales y provinciales; consiguió que Palacios cumpliera con los términos del contrato y comenzara el asentamiento en Moisés Ville.
Dos años después, la empresa Colonizadora del Barón Mauricio de Hirsch (J.C.A.), Jewish Colonization Association, compró las tierras del casco urbano. Las sucesivas corrientes inmigratorias conformaron luego la Colonia Moisés Ville.
Arriba: Don Ingue Kanzepolsky, hijo de inmigrantes judíos lituanos y bielorusos. Siempre vivió en Moises Ville, es santafesino y habla algo de ruso e idisch, idiomas que aprendió de sus padres.
Abajo:Don Lipe Notkovich, hijo de inmigrantes judíos lituanos, posee en su casa el museo de "Un colono". Su familia fue parte de las primeras que llegaron a la zona como colonos.
Hoy muchas de esas familias colonas se fueron de Moisés Ville, un pueblo que llego a contar con 4000 habitantes. Hoy habitan el pueblo casi 2000 personas de las cuales solo el 10% son judías.
En las calles de Moisés Ville se vive la historia, esa que tuvo como protagonistas gente de muchas colectividades, donde la integración fue total y pacifica.
Personas nacidas en el norte santafesino, que hablan en ruso,en idish o en alemán; que los sábados van a la sinagoga, que juegan a la taba y que nacieron bajo el mismo cielo que aquellos de Esperanza, de Reconquista, de Tostado y de Rosario.
¿Que significa ser santafesino?
viernes, 5 de marzo de 2010
La pampa sin gaucho y la tierra ajena.
¿Como modificó la llegada del inmigrante las costumbres y usos en el campo argentino?
Uno puede responder esta pregunta recorriendo los caminos que unen los pueblos y pequeñas ciudades del centro-norte santafesino.
Un proceso iniciado a mediados del siglo XIX, con enormes consecuencias sociales, políticas, económicas y geográficas.
Esta también es mi historia, ya que como descendiente de esos inmigrantes que formaron parte de ese proceso, no puedo desconocerlo.
Porque hubo inmigrantes que sin ser terratenientes, fueron agricultores que con su trabajo construyeron una realidad.
De este proceso podemos extraer postales nunca vistas en esta parte de América como: ranchos en los trigales, arboles en la pampa, carretas y carros, herramientas y máquinas, nueva música y bailes, la decadencia del chiripá y nuevos alimentos campesinos.
La imagen de abajo es de una parte de la familia Hiller (Tíos de mi abuela materna) en un campo de La Pelada, prov. de Santa Fe, cerca de 1920.
Uno puede responder esta pregunta recorriendo los caminos que unen los pueblos y pequeñas ciudades del centro-norte santafesino.
Un proceso iniciado a mediados del siglo XIX, con enormes consecuencias sociales, políticas, económicas y geográficas.
Esta también es mi historia, ya que como descendiente de esos inmigrantes que formaron parte de ese proceso, no puedo desconocerlo.
Porque hubo inmigrantes que sin ser terratenientes, fueron agricultores que con su trabajo construyeron una realidad.
De este proceso podemos extraer postales nunca vistas en esta parte de América como: ranchos en los trigales, arboles en la pampa, carretas y carros, herramientas y máquinas, nueva música y bailes, la decadencia del chiripá y nuevos alimentos campesinos.
La imagen de abajo es de una parte de la familia Hiller (Tíos de mi abuela materna) en un campo de La Pelada, prov. de Santa Fe, cerca de 1920.
Es verdad también que esos personajes de este proceso no se salieron con la suya en este suelo que no perdona, si recordamos cuantos de ellos fueron expulsados a los centros urbanos por falta de tierra para trabajar.
La juventud rural se exilió y se enriqueció la población urbana de casi desocupados.
Entonces otra vez la triste moraleja: No aprendimos nada de la historia.
La pregunta ... ¿y una reforma agraria?, no parece formularse en ningún mililitro de la sangre de los hijos y nietos de esos agricultores.
La juventud rural se exilió y se enriqueció la población urbana de casi desocupados.
Entonces otra vez la triste moraleja: No aprendimos nada de la historia.
La pregunta ... ¿y una reforma agraria?, no parece formularse en ningún mililitro de la sangre de los hijos y nietos de esos agricultores.
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