La historia no se repite, nada cambia con el tiempo en América.
Esta es la conclusión a la que llegue después de lo vivido en el viaje que hicimos con mi familia, para pasar navidad en casa de mi tío en San Javier prov. de Santa Fe.
En el viaje de ida, al comienzo, experimente rabia y frustración al ver ese verde artificial y desubicado que tienen los cultivos de soja. Ver soja hasta en las banquinas me hizo pensar en el egoísmo y el desprecio por la vida de esos hombres dueños de las tierras en que se cultiva (Primeras cuatro imágenes).
Al entrar al departamento San Javier, el paisaje cambia y me fui calmando, al imaginar en esos paisajes de bañados a nuestros pueblos originarios viviendo en armonía y en equilibrio sustentable.
Ya en San Javier, el sábado 26 de diciembre por la mañana conocimos el museo de historia que funciona dentro del convento o iglesia de la ciudad.
San Javier nació como una reducción de Mocovies en el siglo XVIII.
En 1904 ocurrió un fenómeno que se repetiría en varias oportunidades en todo en chaco argentino, el ultimo malón o un levantamiento de los aborígenes del lugar contra el avance de lo que llamamos civilizacion.
La apropiacion de la tierra, la imposicion de cultura, el genocidio, el desprecio por la vida y por la tierra fueron los factores que desencadenaron estas rebeliones.
La de San Javier duro solo 30 minutos, que fue lo que le basto a policías y a civiles para terminar con la vida de los hombres que formaban parte del denominado malón. Ubicados en cantones en techos de casas frente a la plaza principal, los policías y civiles armados, esperaban al malón que venia avanzando por la calle del costado del convento desde la parte trasera de este.
Hoy recuerda ese trágico suceso un miserable poste en la plaza central, donde se lee en mocovi "Sotaikpi la lava" que en castellano significa "Paz en el Mundo".
Que hermoso mensaje, que ojala alguna vez sea escuchado por esos miserables y egoístas hombres dueños de la tierra que desprecian la vida cultivando soja en nuestro planeta.
Algunas de las imágenes siguientes fueron tomadas dentro del museo. Se aprecia alfarería mocoví y dibujos del jesuita Florián Paucke que pertenecen a recuerdos de su experiencia con los mocovies en la mitad del siglo XVIII.
En otras de las imágenes podemos ver al río San Javier, algunos camalotes; y después el convento y la zona de la plaza central, lugar donde terminó el malón.