lunes, 19 de diciembre de 2011

1872, la destrucción de colonia Sunchales por parte de los colonos.


Ya habíamos hablado en el blog, de la situación de los colonos en las colonias agrícolas del centro y norte de Santa Fe, material que pueden leer en: http://mudrikarmando.blogspot.com/2010/11/las-estadisticas-de-las-colonias.html.
Las condiciones de vida eran paupérrimas.
¿Pero por que los colonos vivían de esta manera? No nos olvidemos que las colonias fueron creadas por empresarios que firmaban contratos con el Estado provincial o nacional, él cual le otorgaba al primero, tierras fiscales para asentar a inmigrantes europeos cuya labor seria agrícola y ganadera (colonizarlos como se dice hasta hoy en Santa Fe).
El estado le exigía en el contrato al empresario, el asentamiento de cierto numero de familias en determinado plazo de tiempo, a cambio de tierras fiscales en otros lugares o en la misma colonia para pura explotación del agente colonizador.

Así fue también como surgió la colonia Sunchales, localizada actualmente al norte del departamento Castellanos, en la provincia de Santa Fe.
Lo que mencionaremos a continuación es parte de una investigación realizada por Edgardo Minnitti, referente a este episodio. Los documentos consultados fueron extraídos del archivo histórico de la prov. de Santa Fe y diarios de la época.

El 23 de Agosto de 1868 por ley, el gobierno de la provincia dispuso la creación de aquella colonia en los Sunchales (antiguo fuerte) en base a planos de mensura y delineación existentes en el Departamento Topográfico.
El 16 de Julio de 1868 desde Rosario, el gobernador Cabal y su Ministro Iriondo, promulgan la ley aprobatoria del contrato de colonización suscripto por el gobierno y el señor Carlos de Mot, mediante el cual se cedían al nombrado (no a la comisión constituida para administrar esta concesión) los terrenos designados por aquella ley de 1868, para el establecimiento de una colonia.
El concesionario, se comprometía a poblar las tierras con cien familias de labradores europeos (dice labradores) compuestas de tres personas cada una, de doce años arriba de edad ( a los doce ya se era hábil) antes de finalizar 1869; con el compromiso además de aumentar ese número hasta doscientas antes de la conclusión de 1872.
Para cuando el beneficiario cumpliera la primera parte de lo acordado, el gobierno le extendería el título de propiedad por la mitad del terreno cedido(diez leguas en la parte Sur y para cuando completara su compromiso, las diez leguas restantes).
Por cada individuo que introdujera el mismo en la provincia de Santa Fe para la referida colonia, el gobierno le abonaba veinte pesos fuertes a su llegada a puerto; computándose uno solo, por cada dos de los que tuviesen de cuatro a doce años de edad; o en su defecto, diez pesos fuertes por cada uno.
El gobierno a su vez entregaba gratis al empresario copia de todos los planos y delineaciones de la tierra cedida..
Quedaban eximidos de todo impuesto fiscal los habitantes de la colonia, por el término de cinco años desde su instalación.
A su vez comprometía no retirar el cantón que guarnecía los Sunchales hasta finalizar el año 1879, a menos que el beneficiario solicitara que el mismo se retirase a otro punto “un poco afuera, pero siempre en el área de la colonia”.

¿Ahora que pasa con los fondos públicos destinados al belga Carlos de Mot para llevar adelante la colonia? Al parecer los colonos asentados vivían una situación desesperante a fines de 1871 principios de 1872.
Guillermo Wilcken, el secretario de la Comisión de Inmigración, en un extenso informe a la misma destaca en 1872, respecto a la situación de Sunchales:
"...Más cuan diverso carácter revestían las noticias y datos que encontré en Santa Fe, desde el día 21 de Febrero en que arribé a aquella ciudad.
Tan contrarios y opuestos eran a los anteriores que no puede extrañarse que los tomara como la expresión audaz de la más atroz calumnia.
Es bajo tales impresiones y consideraciones exagerado cuanto se me dijera, que emprendí mi viaje camino a la Colonia, el 23 de Marzo desde la Esperanza, resuelto a encontrar mucho con que justificar la ninguna fe que di a todo cuanto se me dijo.
En Octubre existían aún familias o sociedades de colonos con un personal de 314 individuos. A fines del año 1870, hubo en la colonia como unos 1200 habitantes, y sin embargo la tierra cultivada jamás pasó de unas seiscientas y pico de cuadras.
El Administrador N. Fablet consideraba excelentes colonos algunos que, durante dos años habían arado seis cuadras de las veinte que componen cada concesión. La última siembra de trigo fue de 543 almudes (sic); 37 fanegas de semillas compradas en una casa de negocios de colonia Humbolt, y sobre esto, la tierra era tan mal cultivada que la cosecha no rindió sino de 3 a 400 fanegas, parte de este trigo quedaba abandonado en las chozas de los colonos fugitivos.
En el momento de mi visita había grandes siembras de maíz abandonadas a beneficio de las aves y animales silvestres, o de cualquier intrépido que, a riesgo de su vida, quisiera cosechar sin sembrar.
Los edificios de la colonia se componen de: 187 ranchos de colonos y obreros; 18 Id. en las concesiones; 1 de adobe para la administración¸1 id. de pino y paja, depósito y caballeriza; 1 iglesia construida de adobe con puertas, ventanas y campana; 1 bebedero construido con tierra romana; 4 bombas para sacar agua; 187 pozos o norias de balde; 7 casas de material para herrerías; 1 id. de carpintería; 1 de material y de azotea destinada al negocio de mercadería de almacén, pero inconclusa, faltando puertas, ventanas y revoque; 1 casa de material para el administrador igualmente inconclusa y por mejor decir, no tiene sino las paredes; 1 molino a vapor; 1 carnicería; 1 panadería; aquí viene lo más curioso: además de estos edificios uno de material de dos pisos llamado colonialmente " palacio", perteneciente a la señora de Mott, según los libros."

Esta breve descripción pone en evidencia la desidia de la administración y el dilapidamiento de los fondos comprometidos.
La reacción de los colonos fue violenta. La rebelión se desencadenó y culminó con el incendio en principio de los talleres de carpintería y el desmantelamiento de las instalaciones. Cada uno se alzó con lo que pudo en un vano intento de cobrarse el esfuerzo realizado. La prensa se hizo eco de los hechos:

19 8 1871 SUBLEVACIÓN
Un amigo nos ha mostrado una carta de Santa Fe de fecha 10 de Agosto, en la que se le comunica haber tenido lugar una sublevación en la Colonia Sunchales, establecida en aquella Provincia.
Dicha sublevación, encabezada por 17 colonos, se manifiesta indignada contra la administración.
La carta no habla de las causas que hayan motivado este hecho.
(Tomado de El Eco de Córdoba de esa fecha)


10 9 1871 REBELIÓN

De "La Unión Nacional": A causa de la sublevación de los colonos de Los Sunchales, el señor de Mot ha llegado pidiendo a las autoridades justicia y escarmiento para los criminales.

21 9 1871 INCENDIOS
Las noticias indican que en la colonia de Los Sunchales hubo incendios que destruyeron propiedades por un valor estimado en 25.000 patacones.

2 4 1872 INVASIÓN DE INDIOS

La Opinión Nacional da cuenta que: El Sábado de la semana última, 23 del corriente (Marzo de 1872), los indios del Chaco invadieron la Colonia Sunchales. Robaron cuanto encontraron allí, cautivaron algunos colonos y enseguida destruyeron y arrancaron la colonia. El domingo llegó la noticia a Santa Fe. El lunes, algunas familias de colonos vagaban por las calles de esa ciudad buscando un albergue y algún trabajo. Este nuevo escándalo viene a probar que no hay defensa alguna en las líneas de frontera y también que no escarmientan los bárbaros.


Evidentemente no se trató de un malón sino de la ira local desatada, pues el 23 de Marzo, cuando Guillermo Wilcken se dirige al lugar para verificar la situación real existente, se encuentra con el caos y la desintegración de la colonia, como consecuencia de la rebelión de sus moradores que se alzan con las pocas pertenencias y bienes que pueden transportar. Son sus palabras testimoniales:

"...Apenas atravesado el arroyo de Las Prusianas, una continua hilera de colonos que no se cortó hasta la colonia misma, llenaba el camino con toda clase de vehículos, hasta trineos, en que conduciendo sus mujeres y niños, y arriando animales con la marca de la Administración, cargados con toda clase de objetos saqueados de ésta, abandonaban, a cual primero, aquel suelo que poco habían regado con el sudor de su frente.
Al llegar a Los Sunchales solo encontré los empleados de la Administración presidiendo unas doce familias de colonos.
Hablando con éstos, híceles presente el gravísimo perjuicio que se inferían a sí mismos y a sus propios intereses con tan inexcusable proceder; que las tierra y concesiones que así abandonaban a medio cultivarse, pronto serían solicitadas por otros colonos más animosos y enérgicos.
A esta y otras reflexiones se me contestó: señor, si usted llegando un mes antes de hoy nos hubiera hecho estas mismas proposiciones, ningún colono la habría rechazado. Nos hubiéramos quedado esperando el resultado de sus empeños, pero hoy es demasiado tarde y nos retiramos todos a cual más precipitadamente, porque nos falta todo; carecen de víveres, de dinero para comprar aún las cosas mas necesarias a la vida. No tenemos animales con que trabajar, municiones que resistir un ataque de los indios. ¿Qué podía contestar a tales objeciones?
En la imposibilidad absoluta de remediar tamaño mal, ni aún de retardar la menor de sus circunstancias, traté de estudiar sobre el teatro mismo de tan deplorables sucesos, las causas de la desgraciada suerte de una colonia que, siendo tan especialmente favorecida por el gobierno provincial, habíanos sido pintada por su director con los colores y bajo el aspecto de una floreciente situación."