En la provincia de Santa Fe hay lugares muy conocidos; otros muy habitados. Hay lugares que se caracterizan por su producción agropecuaria; regiones que son parte fundamental de la más importante cuenca lechera argentina. Y también hay otros, casi rincones escondidos, que casi nadie mira, aunque ocupen miles y miles de hectáreas.
En Santa Fe se "esconde" uno de los más grandes humedales del país: nada menos que 3,3 millones de hectáreas repartidas entre el norte de nuestra provincia, parte de Chaco y Santiago del Estero. Se trata de los Bajos Submeridionales, un territorio fuertemente caracterizado (como ocurre con otros humedales) por un vaivén permanente de aguas, una rica flora autóctona y hasta por ser la tierra elegida de los últimos ejemplares del venado de las pampas, una especie en peligro de extinción.
Pero además de atesorar partes perdidas de la naturaleza, los Bajos son una fuente fundamental de agua dulce, un recurso en crisis en todo el mundo; regulan el clima, y permiten la retención de sedimentos y sustancias tóxicas.Sin embargo, las últimas transformaciones provocadas por el hombre en el ambiente (el desmonte, la extensión de la frontera agrícola) terminaron poniendo en peligro estas tierras, y también a quienes las habitan.